Wednesday, October 05, 2005

Zapatitos


Ya, contaré la odisea de mi caminar con mis zapatitos regalones por esta vida. Pasa que hace dos años yo me compré, más bien mi padre me compró una zapatos café, muy cómodos por lo demás, y se transformaron en mis zapatos preferidos. Con ellos fui a Argentina, ( entonces fue hace más de dos años) , me vestí formal para un par de ocasiones, cuando aun no estaban tan feitos, también baile con ellos, corrí, etc, todo loq ue uno hace lo hice con mis zapatitos. Incluso tuvieron nombre después de un tiempo, me los quisieron botar a la basura, y yo los guarde muy al fondo del closet para que no los encontraran. La última aparición en sociedad que tuvieron fue hace como un mes, que me levanté atrasada para ir a un culto, y me los puse. Al llegar a la iglesia, paralelamente a mí, estaba sentada mi madre, que había llegado antes, pero yo no estaba dentro de su campo visual, aunque tuve la genial idea de cruzarme de piernas y mis pobres zapatos quedaron al descubierto. Y se asomó la cara de mi madre y miró fijamente mis zapatos, y enseguida entendí que eran una deshonra pública, y los metí debajo de la silla en ese preciso momento. Y así, emprendí la b´squeda de otros, con la intención de encontrar los mismos. Y no hubo caso, hasta pregunté si los volverían a hacer alguna vez y me dijeron que no, que ese modelo estaba "descontinuado". Así, busqué nuevamente, por todos lados, pero menos en mi pueblo, hasta que vi la luz, en mi zona, un par de zapatos comodisimos, de un color indefinido como me gustan a mi, muy pero muy planos, en realidad, medio zapato, porque son de meter no mas, pero lo más cómodo para mis pies.
Y recordé que lo que más me gusta de niña es andar "apatapelá", y creo que alli radica el buscar siempre el zapato más bajito, y simple. Otro motivo, además de este histórico, es que camino chueco, sip, camino un cuarto pa las tres como todas las hermanas de mi papá, entonces gasto un zapato más que otro, y all´r llego a la comodidad máxima. Otro motivo, y último, es que me gustan los zapatos sin nada de taco, porque encuentro hermoso el vaivén del caminar seguro, no es lo mismo caminar con tacos que sin tacos, es más simple, natural, y menos torpe, y en lo natural está la gracia.
Bueno, ya no escribo más de mis zapatos porque es un poco aburrido y mi deseabilidad social no me permite seguir aburriendo a quienes lean esto.
Ya,

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